Un lugarcete desde el cual el hombre pueda codearse con lo más alto de la literatura universal. Esto sí que es empezar de abajo.

viernes, 18 de marzo de 2011

Compendio de Descartes II

Cuando Descartes encaraba al rival por el andarivel derecho, dudaba entre tirarla larga y correr o endulzar las palmas con una finta ridiculizante. Semejante disquisición lo llevaba a negar la materialidad del defensor, ya que tal vez sus sentidos lo estaban engañando. La duda se convertía en certeza con la artera patada implantada en su tibia izquierda, para preocupación de sus fanáticos y del camillero, que detestaba sus plegarias hacia Dios.

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