Un lugarcete desde el cual el hombre pueda codearse con lo más alto de la literatura universal. Esto sí que es empezar de abajo.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Sobre el tiempo, las canas y las revoluciones

Si las semanas fuesen meses y los días años, estaríamos ante un problema, pues dejaríamos de tener semanas y días, a cambio de meses y de años. Entonces, alguien que mañana cumple treinta años pasaría a tener treinta días, lo que sería equivalente a cuatro semanas, es decir un mes. Es decir, treinta días. Es decir, treinta años. O sea, treinta días. Pero entonces, todo sería lo mismo y nada cambiaría, porque el hombre igualmente cumpliría treinta años. Por consiguiente, la revolución proclamada por el cambio de denominación sería infructuosa. Un fracaso. Una pérdida de tiempo. Que es justamente el propósito contrario de la modificación.