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martes, 13 de diciembre de 2011

Albóndigas, la palabra perfecta

Tal conclusión no es más que producto de un postulado matemático y filosófico. Matemático por el hecho que su cantidad de letras es diez, lo cual, significa la perfección (1+2+3+4=10). Además, el poseer las dos primeras letras del abecedario (a y b), supone un componente balcánico de la muestra. Incluso, por si fuera poco, la “a” se encuentra por duplicado, un doble comienzo sin final, un nacer y renacer perpetuo. Filosóficamente, albóndigas sabe rica. Tienta. Es plural porque en singular no basta. El plato, al menos, necesita completarse con tres o cuatro, acompañadas por puré o arroz, según el día. Siempre y cuando sean servidas en plato. También existe la posibilidad del pan o la mano, pero no es lo más recomendable.
Si bien su popularidad no es universal, debería serlo. Es un enigma por qué Latinoamérica no se ha hecho eco de tan suculenta comida, contrariamente a lo logrado en Norteamérica, con películas tales como “Meatballs” (Los incorregibles albóndigas) con Bill Murray, y sus secuelas (sin Bill Murray): Los albóndigas atacan de nuevo, Los albóndigas 3: trabajo de verano y Los albóndigas 4: al rescate. Curioso es el caso de la simpática animada “Cloudy with a chance of Meatballs” (2009), traducida acá como “Lluvia de hamburguesas”. ¿Qué tiene la hamburguesa que no tenga una albóndiga? Incluso su forma es más simpática, por no mencionar su gusto y su denominación, claro está. 
Decir albóndiga requiere abrir ampulosamente la boca, cerrarla para impulsar un fuerte “bo” y culminar con una sonrisa. Pruébelo en su casa, no se puede terminar sin una mueca de felicidad. Como ya lo dijo Aristóteles, el fin último del ser humano es la felicidad. Entonces, qué mejor que decir albóndigas mientras se saborea un buen bocado con salsa de tomate, se llena el estómago y se es feliz.
(Artículo extraído de la Enciclopedia Británica. Traducción de Julián Suegra. ¡Gracias, Julián!)

2 comentarios:

  1. y qué pasa con las palabras que contienen todas las vocales? superan el grado de perfección? Ej: murcielago

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  2. Obvio que no. La perfección no es cuestión de vocales, sino del placer que da pronunciar la palabra, en conjunción con la felicidad que imprime el significante en el pueblo. Decí "murciélago" y vas a ver que te aburrís.

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